Las referencias de una empleada del hogar son fundamentales a la hora de verificar y conocer más sobre su experiencia laboral. En un proceso de selección realizado con garantías de éxito las referencias deben ser siempre contrastables.

Creemos que es clave que la agencia de servicio doméstico sea capaz de proporcionar las referencias de las candidatas que presenta a sus potenciales empleadores antes de que tomen la decisión de contratarla si éstos así lo desean.

En Mimucama creemos que las referencias son realmente la única forma veraz de comprobar que la persona que estamos a punto de incorporar al entorno más íntimo que tenemos, nuestra familia, y a dejar al cuidado de nuestros hijos, a veces muy pequeños, es una persona que, al margen de tener mejores o peores aptitudes, al menos es absolutamente digna de confianza.

¿Qué otra forma tenemos de saber con certeza si el desempeño profesional de esta persona ha sido satisfactorio?

Cualquier persona podría elaborar un currículum digno de enmarcar, con estancias largas y exitosas de muchos años en la misma familia de manera gratuita si les constase que no deben aportar referencias, que en definitiva son pruebas de que eso que nos cuentan corresponde con la realidad.

Comprobar referencias supone un control de calidad y un deber para la agencia de servicio doméstico y ponerlas a disposición del potencial nuevo empleador, con permiso de la candidata, una prueba de su trabajo honesto y bien hecho.

Los profesionales de la selección de recursos humanos sabemos interpretar también las diferentes connotaciones subjetivas de la información aportada por las referencias de empleos anteriores sobre el desempeño de las funciones, que depende del prisma con el que se evalúen sus aptitudes (nivel de cocina, plancha, limpieza, etc).

Sin embargo, hay datos objetivos como en qué familia han trabajado, cuántos miembros la componían y qué edades tenían sus hijos, así como cuánto tiempo han estado trabajando en esa casa, que ya aportan una valiosísima información al margen de otras estimaciones subjetivas, ya que nadie tiene a una empleada del hogar trabajando dentro de su familia y al cuidado de sus hijos – en especial cuando son muy pequeños – durante años si no la considera una persona honesta y de confianza.

Para la inmensa mayoría de las familias es infinitamente más importante saber que la persona que vamos a incorporar a nuestra familia es una persona honesta, sincera, responsable, cariñosa con los niños y digna de confianza, es decir, sus ACTITUDES, que si la persona en cuestión es más o menos rápida con la limpieza, mejor o no tan buena cocinera o más o menos hábil con la plancha, es decir sus APTITUDES.

Y es precisamente el aspecto de las actitudes correctas el que procuramos asegurar con las referencias en la selección de nuestros candidatos. Es un aspecto que nos tomamos muy en serio y gracias al cual nos hemos ahorrado muchos disgustos.

No conviene bajar la guardia ni relajar los criterios de selección en algo tan crucial como la persona que va a trabajar en nuestra casa.

Las referencias sí importan, y mucho.

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