¿A quién no le ha gustado de pequeño jugar con plastilina? La mayoría recordamos esta actividad como una de las más divertidas que hacíamos en el cole y que siempre suponía un premio que nos daban los profesores por habernos portado bien.

Jugar con plastilina, además, es beneficioso para que los más pequeños trabajen la psicomotricidad fina, estimulen su creatividad, además de desarrollar su percepción espacial y favorecer su concentración.

Las principales marcas de plastilina ofrecen garantías de calidad pero, a veces, la encontramos en bazares de precio descuento, de marcas desconocidas y no siempre podemos fiarnos de que no contenga elementos tóxicos que no sería de extrañar que terminasen en la boca de los más pequeños.

En este artículo vamos a enseñaros a fabricar una plastilina con una simple receta, que te va a ahorrar las preocupaciones acerca de su toxicidad y que, además, el mero hecho de fabricarla va a suponer una actividad interesante.

Ingredientes que necesitamos:

  • Harina (dos tazas)
  • Maicena (media taza)
  • Sal fina (media taza)
  • Aceite (dos cucharadas)
  • Zumo de limón (dos cucharadas)
  • Agua (una taza)
  • Colorante alimenticio en polvo (de los colores que queramos)

Preparación

  1. En un bol ponemos la harina, la maicena y la sal y mezclamos
  1. Sobre la mezcla añadimos el agua (hirviendo), el aceite y el limón
  1. Cuando la mezcla se haya enfriado, amasamos bien hasta conseguir una masa homogénea y después dejamos enfriar
  1. Dependiendo del número de colores que hayamos elegido con el colorante alimenticio, dividimos la masa para aplicar a cada porción su color. Simplemente añadimos el colorante alimenticio y volvemos a mezclar bien hasta obtener un color homogéneo en cada porción.

Es hora de jugar con la plastilina y cuando terminemos de jugar sólo debemos preocuparnos de guardarla en algún recipiente hermético (tupper pequeño o tarros de cristal) para que no se seque y poder conservarla en buen estado.

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