Después de unas vacaciones en las que toda la familia hemos podido disfrutar de estar juntos y de compartir momentos inolvidables lejos de obligaciones diarias y de las prisas, de los trabajos, los colegios y los deberes, ahora nos toca a todos empezar un nuevo curso escolar, sin duda, el auténtico comienzo del año.

Para todos es duro la vuelta de las vacaciones pero para los niños lo es especialmente. Dos meses y medio de vacaciones crean unas inercias que no son fáciles de cambiar y sí, nuestros hijos sufren el síndrome postvacacional, que puede presentar diversos trastornos como apatía, falta de atención, cansancio, ansiedad, tristeza e irritabilidad. Afortunadamente, este síndrome no dura más de una semana y, además, podemos hacer que les resulte mucho más leve siguiendo unos simples consejos que os proponemos:


  • Adaptar progresivamente sus horarios al horario escolar

Alrededor de una semana o diez días antes del comienzo del curso debemos empezar a modificar sus horarios, ya que los madrugones suponen sin duda uno de los momentos más duros a superar. Para ello, debemos empezar a hacer que se vayan antes a la cama y no dejar que duerman tanto por las mañanas. Es muy importante que respetemos esta nueva rutina incluso durante el fin de semana. De esta manera conseguiremos que los primeros días no acudan al colegio derrotados de cansancio y no pierdan capacidad de atención.


  • Mantén tu positividad ante el fin de las vacaciones y el comienzo del curso

Tenemos que evitar contagiar a los niños del pesimismo de los mayores ante el fin de las vacaciones y la vuelta al trabajo. Aunque no seamos conscientes a veces, los niños procesan toda esa información y la asimilan como pensamiento propio. De esta manera, debemos mostrarnos positivos e ilusionados ante lo que supone una vuelta a las rutinas de colegio y trabajo y ante las nuevas expectativas interesantes que se nos van a presentar. Todo tiene un lado bueno y ahora debemos hacer un esfuerzo por encontrarlo. ¡Será también muy positivo para nosotros!


  • No reduzcas drásticamente sus actividades lúdicas, todo tiene que ser muy gradual

Es importante que mientras realizamos la adaptación durante los últimos días de las vacaciones y también durante los primeros días de cole sigamos divirtiéndonos con nuestros hijos, para que la transición sea más dulce. Con los niños los cambios graduales siempre funcionan mejor. No debemos dejar que echen de menos de la noche a la mañana los momentos de juego y diversión. Es una buena idea que en este periodo de transición hagamos una escapada a la montaña, a ver una película todos juntos o juguemos a los juegos de mesa o de aire libre que más han disfrutado este verano.


  • Preparar con ellos el material escolar

Es bueno hacerles partícipes de la compra del material escolar y de la preparación de los uniformes y del resto de cosas nuevas que vayan a necesitar. Actividades como forrar los libros nuevos juntos o etiquetarlos con su nombre harán que se motiven ante el comienzo de un curso nuevo. Cosas como estrenar un estuche o una mochila nueva harán que sientan ilusión ante el comienzo del curso.


  • Haz que entren en contacto con compañeros del colegio unos días antes

Es buena idea preparar una tarde de encuentro con algunos compañeros del colegio que vivan cerca o con los que tuvieran especial relación de amistad durante el último curso. De esta manera los niños entrarán en contacto con el ámbito escolar a través del juego con sus compañeros y tendrán otra motivación acerca de la llegada del nuevo curso.


  • Haz un esfuerzo por poder acompañar a tus hijos en su primer día de cole

Llevarles al cole el primer día reconfortará a los niños pero no debemos hacer que la despedida sea traumática, sino alegre y positiva. Cuando les recojamos es importante que nos interesemos mucho por todo lo nuevo que tengan que contarnos, mostrando ilusión y entusiasmo por esta nueva etapa que han comenzado.

¡Os deseamos a todos una feliz vuelta al cole!

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