Si bien Halloween es una tradición anglosajona que hace décadas nos limitábamos a ver en las películas y programas de televisión principalmente norteamericanos, desde comienzos del siglo XXI esta tradición ha arraigado con fuerza en España, convirtiéndose sin duda en la temática que acapara el mes de octubre desde su comienzo aunque se celebre precisamente el último día de este.

Los comercios se encargan de recordarnos la llegada de Halloween con su decoración temática y con la cada vez mayor cantidad de artículos de disfraz y decorativos ofertados desde que apenas termina el mes de septiembre y nuestros hijos esperan con entusiasmo la llegada de este día en el que lucir sus primeros disfraces del curso y vivir un día especial tanto en el colegio como en los vecindarios, jugando al “truco o trato” en el que, además de pasar un rato divertido recolectan una gran cantidad de chuches.

Pero, ¿cuál es el origen de la tradición de Halloween?

Halloween es una tradición pagana de origen celta con fuerte arraigo milenario en Irlanda y por tanto trasladada por sus emigrantes a países como Estados Unidos, Australia y Canadá. Se celebra la noche del 31 de octubre, la víspera de su versión cristiana, el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. Sus raíces se remontan al festival celta que celebraba el final del verano y por tanto el final de la temporada de cosechas, coincidiendo con el solsticio de otoño, que daba lugar al año nuevo celta.

Los celtas creían que, durante esa noche se estrechaba la delgada línea que separaba el mundo de los vivos del mundo de los muertos y los difuntos caminaban entre los vivos. Los celtas realizaban ritos y fiestas en los que se trataba de la comunicación con los muertos. Para mostrar a sus parientes difuntos el camino hacia sus casas se ponían velas en las ventanas, que al mismo tiempo servían para espantar a los espíritus malignos de las mismas.

Algo que quizás no sabías…

Aunque esta tradición celta fue llevada por los emigrantes irlandeses a principios de siglo XX a Estados Unidos y de ahí exportada internacionalmente a través de su cine, en España los celtas también dejaron esta tradición en lugares como Galicia, Asturias y Castilla, donde se celebraban tradiciones muy parecidas que posteriormente cayeron en el olvido.

Esta tradición estaba en particular muy arraigada en Castilla y en lo que hoy es la provincia de Madrid. Elementos característicos como la temática de los espíritus, las calabazas o pedir caramelos por las casas ya eran frecuentes durante la noche de los muertos vivientes en las localidades castellanas.

En pueblos de la provincia de Madrid como El Vellón, Ajalvir, Canencia, Loeches, Estremera, Ambite o Manzanares El Real ya se celebraba la tradición. Se solía hacer una hoguera grande en el centro del pueblo donde se asaban castañas, se contaban leyendas e incluso se cantaba canciones. Para protegerse de los malos espíritus, los habitantes de los pueblos ponían calabazas en las ventanas de sus casas, a las que hacían agujeros para dar forma a los ojos y la boca y colocaban velas dentro para darles luz. Estas calabazas con caras terroríficas también servían para asustar a otras personas o gastar bromas a los más pequeños. En otras ocasiones se utilizaban calaveras de asnos con una vela dentro.

En la provincia de Madrid era típico cocinar un postre, los “puches“, que se hacía con harina, azúcar, pan, aceite, agua y anís y que se utilizaba para gastar bromas, compartirla con amigos en las hogueras e incluso introducirlo en las cerraduras para “impedir” el acceso de las ánimas a las viviendas. Los niños solían llamar a las puertas y ofrecer este dulce a cambio de limosnas después de intentar asustar a los que allí estaban al más puro estilo del “truco o trato” actual. De esta época también son otros dulces como los buñuelos de viento y los huesos de santo.

De manera que la tradición de Halloween es mucho más nuestra de lo que parece cuando creemos que es una moda que nos ha llegado en las últimas décadas a través de las películas americanas.

Al llegar los españoles a América, estas tradiciones de conmemorar a los difuntos en el Día de Todos los Santos y Todas las Almas, generalmente el 1 y 2 de noviembre se fusionaron con otros ritos similares propios de los indígenas americanos en las que también realizaban ofrendas a sus difuntos y así surgió por ejemplo el famoso Día de Muertos, celebración tradicional en México que se ha declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la que es típica la decoración con calaveras pintadas con motivos florales de colores llamativos y la elaboración de altares que recuerdan a los antepasados fallecidos para que no caigan en el olvido. Esta tradición tan arraigada ha dado lugar a producciones de cine como la película Coco, que os recomendamos para ver en familia.

dia de los muertos

¡Feliz Halloween y Día de Todos los Santos!

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