A muchos niños los Reyes Magos les han traído una mascota por Navidad. Es un regalo que se ha popularizado mucho en los últimos años pero debemos ser conscientes que no se trata de un juguete con el que simplemente divertirnos sino de un ser vivo y, lo que es más importante, un cachorro.

Una mascota no es un regalo que podamos dejar abandonado cuando nos hayamos cansado de jugar con ella, ni dejarla en el desván, ni olvidarla en una estantería junto con el resto de los juguetes. Es un ser vivo que nos deberá acompañar por el resto de su vida y que requiere muchos cuidados: alimentación, sueño, limpieza, ejercicio y cuidados sanitarios.

Además de todo lo anterior, una mascota representa un presupuesto de gasto anual importante: alimentación, vacunación, desparasitación interna y externa, etc., además de ser imprescindible tener un plan de alojamiento para la mascota cuando viajamos sin ella, lo que en algunos casos supone también un presupuesto considerable.

Por todos estos motivos es imprescindible evaluar todos estos condicionantes antes de escribir la carta a los Reyes Magos… pero si ya lo hemos pedido y tenemos a la mascota entre nosotros hay una serie de cosas que tendremos que tener en cuenta para comenzar esta nueva etapa. Vamos a centrarnos en el caso de los cachorros de perro, que son el caso más habitual.

  • Un cachorro necesita mucha atención. Si a un cachorro no se le dedica la atención necesaria, desarrollará problemas de conducta que se agravarán durante la etapa adulta. El aburrimiento, el estrés o la falta de socialización con personas o con otros animales pueden derivar en conductas agresivas, destrucción del mobiliario, etc.
  • Es normal que los niños traten de jugar con el cachorro como si se tratase de un juguete, pero no hay que olvidar que es un cachorro y por tanto hay que tratarle como a un bebé. Hay que evitar zarandear al cachorro como si se tratase de un juguete ya que, debido a su corta edad, podrían lastimarse sus articulaciones.
  • Educar siempre al cachorro con estímulos positivos, premiándole cuando haga sus necesidades en el sitio que hemos determinado para ello, en lugar de reprimir las conductas equivocadas con gestos agresivos, lo que causará desconcierto al animal y retrasará su aprendizaje.
  • Es muy importante cuidar del sueño del cachorro. Es habitual que los niños deseen jugar con su nueva mascota a todas horas, impidiendo que el cachorrito pueda dormir sus siestas durante día. El cachorro, como todo bebé, necesita en la primera etapa de su vida dormir muchas horas. En concreto, los cachorros más pequeños necesitarán dormir hasta el 90% del tiempo en la primera etapa de su vida. La falta de sueño podría desarrollar agresividad en tu cachorro e incluso obesidad.
  • Es normal que el cachorro esté inquieto o llore las primeras noches al encontrase solo, separado de su madre o de sus compañeros de camada. Se puede utilizar una botella de agua caliente envuelta en una manta para proporcionarle una sensación de confort y relajación durante las primeras noches en su nuevo hogar.

Una mascota es una forma excelente de enseñar a los niños a proporcionar cuidados a un ser vivo y a enseñarles a asumir responsabilidades poco a poco. Esperamos que disfrutéis mucho de vuestra nueva mascota.

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