La Tecnoadicción es un término nuevo que describe la adicción a las nuevas tecnologías. También se denomina Tecnodependencia, y consiste en el uso abusivo y obsesivo de las nuevas tecnologías hasta niveles considerados patológicos.

Esta conducta, que podemos observar en muchos adultos, también se produce con frecuencia entre la población infantil, en particular en los niños pertenecientes a la denominada generación Alfa, los nacidos entre 2010 y 2025, la primera generación que es nativa digital al 100%.

Si bien el uso de las nuevas tecnologías se ha convertido en una herramienta esencial tanto para el trabajo como para los estudios (en particular en la era COVID19) las encuestas más recientes arrojan datos que producen cierta preocupación sobre el uso abusivo de estas.

Una encuesta del Ministerio del Interior realizada antes de la pandemia COVID19 arrojaba estos datos:

  • La gran mayoría de los menores hace un uso de internet superior a dos horas al día
  • El 83% de los jóvenes mayores de 15 años usa internet todos los días y además el 90% de ellos hacen uso de las redes sociales
  • Cerca del 50% de los menores cuenta con un perfil privado en las redes sociales, en el que además, la mayoría de ellos muestra una foto de perfil
  • El 18% de los menores de 11 años utilizan internet para servicios de mensajería instantánea sin necesidad de permiso paterno, porcentaje que se eleva hasta el 35% para navegar por internet y ver videoclips
  • Un elevado porcentaje de padres no tienen conocimiento de los perfiles de sus hijos en redes sociales ni de las páginas que visitan y no cuentan con ningún tipo de software de control parental.

Para agravar más los datos arrojados por esta encuesta pre-COVID19, el uso de las nuevas tecnologías en general y de las redes sociales en particular, se ha visto enormemente incrementado a raíz del confinamiento y de sus consecuencias sobre el uso de las nuevas tecnologías para trabajar, estudiar y seguir en contacto.

Hay que diferenciar, por supuesto, el buen uso, y cada día más necesario, de las nuevas tecnologías, del abuso y adicción a las mismas.

¿Cuándo supone una adicción?

Como ocurre con el resto de las adicciones, el uso adictivo de las nuevas tecnologías se puede detectar a través de la aparición de los siguientes síntomas:

  • Tolerancia: consiste en la necesidad de incrementar progresivamente el uso de las nuevas tecnologías (ordenadores, móviles, consolas, etc.) a medida que pasa el tiempo, ya que la satisfacción que se obtiene de su uso va decayendo progresivamente, de manera que cada vez se necesita más, como ocurre con la drogadicción, el alcoholismo, la ludopatía, etc.
  • Abstinencia: consiste en la sensación de malestar e incluso conductas depresivas cuando a la persona se le priva del acceso a las nuevas tecnologías
  • Dependencia: consiste en la pérdida de control sobre uno mismo para hacer un uso compulsivo de estas tecnologías cuando no hay necesidad alguna, por el mero hecho de que el no hacerlo causa un malestar.

¿Cómo detectarlo en la conducta de nuestros hijos?

  • Cuando necesitan estar conectados cada vez durante más tiempo
  • Cuando no controlan o miden el tiempo que pasan conectados
  • Cuando dejan de lado el resto de actividades para conectarse
  • Cuando se aíslan y prefieren las relaciones por internet a las relaciones personales
  • Cuando mienten sobre el tiempo o la frecuencia que han estado conectados

¿Qué soluciones existen?

Como en todas las adicciones, no hay una fórmula mágica ni una receta maestra para superarlas, pero hay muchas cosas que, como padres, podemos hacer antes de acudir a ayuda profesional de psicólogos. A continuación exponemos algunas ideas.

  • Cambiar los horarios de sus conexiones, priorizando otras actividades
  • Sustitución de tiempo de conexión por otras actividades que le interesen
  • Si hay una aplicación especialmente consumidora de tiempo, esta debe ser retirada y seguir permitiendo las conexiones para temas de trabajo y ocio de otro tipo
  • Establecer límites al tiempo de conexión, que tendrá una hora concreta de comienzo y otra de fin
  • Fomentar el uso de internet con fines de educación y formación, como una fuente de información y conocimiento que nos ayude con tareas, trabajos, etc.
  • Trabajar con el menor en la elaboración de una lista de cosas importantes que se han dejado de hacer debido al excesivo tiempo de conexión, estableciendo prioridades para cada una de ellas (importante, muy importante, no tan importante, etc.)
  • Emplear herramientas de control parental del tiempo de conexión, así como de los lugares que se visitan cibernéticamente, estableciendo filtros y límites tanto al tiempo como a los contenidos, que nos dará, además, una buena idea de la actividad del menor en internet

Es importante recordar que, como padres, el ejemplo que damos a nuestros hijos es la principal fuente de educación que obtienen, por encima de lo que les decimos. De esta manera, debemos suponer un ejemplo vivo del uso adecuado de las nuevas tecnologías y cuando surja el posible problema de la Tecnoadicción, preguntarnos qué parte de culpa tenemos, disolviendo la carga de la culpa del menor y buscando soluciones en familia, que es como mejor se resuelven los problemas de nuestros hijos en general.

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